Que no está muerto lo que puede yacer eternamente.

GdS TV

30 November 2007

Piense en un pato cubierto de hormigas...

Hoy vamos a hablar de una canción de uno de esos discos que pasan a la jodida historia, The Velvet Underground & Nico. Aunque con la mancha de la tal Nico, modelo alemana metida, en un claro error de vocación, a cantante, que se explica porque detrás del tema, poniendo la droja y suponemos que el dinero, estaba el bueno de Andy Warhol, Lou Reed y el violista aficionado a la música experimental y además escocés John Cale montaron, allá por el 1967, un puñado de maravillas que aún me siguen poniendo los pelos de punta. La canción que os dedico no es la más interesante en un sentido formal, pero es la más emblemática del ambiente drojata-artístico (inseparables conceptos) de la Nueva York de la época, además de ser un temazo. Obsérvese el machacón ostinato del piano, que al final ya hace directamente tone clusters, y la batería, el sonido fuzz de la guitarra, la declamación sarcástica de Reed y ¡la letra, por Dios, la letra! Con ustedes: Waiting for the Man.

Trata sobre un onvre que va a Harlem a por su droja, hecho polvo, y se dedica a esperar a su camello:
I'm waiting for my man
26 dollars in my hand
Up to Lexington 125
Feel sick and dirty, more dead than alive
I'm waiting for my man
Los niggas de la zona le reprochan que un blanquito como él ande por ahí y expresan su preocupación porque se lleve a sus mujeres, a lo que nuestro protagonista responde que el está allí para encontrarse con su "amigo":
Hey, white boy, what you doin' uptown?
Hey, white boy, you chasin' our women around?
Oh pardon me sir, it's the furthest from my mind
I'm just lookin' for a dear, dear friend of mine
I'm waiting for my man
Finalmente, el camello, un tipo de pintas extrañas que lleva un gran sombrero de paja, llega. Con retraso, como es su costumbre, aunque el fastidiado cliente está obligado a esperarle en tan poco recomendable zona. Hace subir al protagonista tres tramos de escaleras para proporcionarle su mercancía, y una vez consumada la transacción, vuelve a su casa sin tiempo que perder:
Here he comes, he's all dressed in black
Beat up shoes and a big straw hat
He's never early, he's always late
First thing you learn is that you always gotta wait
I'm waiting for my man
Up to a Brownstone, up three flights of stairs
Everybody's pinned you, but nobody cares
He's got the works, gives you sweet taste
Ah then you gotta split because you got no time to waste
I'm waiting for my man
Una vez satisfechas sus necesidades químicas, nuestro hombre ha vuelto a su casa y se encuentra con su chica, que le echa la bronca por frecuentar tan malas compañías. Él, lejos de arrepentirse, le dice que le deje en paz porque está agustísimo. Sólo hasta mañana, claro, cuando se repetirá la historia. Aunque ahora lo que cuenta es lo bien que se siente:
Baby don't you holler, darlin' don't you bawl and shout
I'm feeling good, you know I'm gonna work it on out
I'm feeling good, I'm feeling oh so fine
Until tomorrow, but that's just some other time
I'm waiting for my man
Personalmente, el "I'm gonna work it on out" me retrotrae inmediatamente al "Twist and Shout" de los Beatles, aparentemente en las antípodas de esto. ¿Coincidencia? Quién sabe. El caso es que es una pedazo
de letra, que, a pesar de ser bastante poco sutil, nos mete poéticamente en el tema. Fijaos en la habilidad de, en una canción tan obvia, no mencionar siquiera un eufemismo de la droga ni de colocarse, ni siquiera de camellos; podría ser una canción sobre chaperos (no desentonaría en Reed), o de buenos amigos y chicas celosas, si no atendemos a las coordenadas específicas de, por ejemplo, la calle Lexington o la descripción de la euforia de la última estrofa. Ni siquiera sabemos qué hace tan feliz al protagonista... aunque Reed nos responde cinco canciones después: Heroin. También nos deleita con un himno masoquista (Venus in furs), que además de contener líneas memorables como "Taste the whip in love not given lightly" o "Strike, dear mistress, and cure his heart", demuestra, junto con la anterior mencionada, la característica más experimental del sonido VU: la dronology, o música basada en una nota sostenida durante mucho tiempo, inspirada en los compositores minimalistas de la época como LaMonte Young (con el que Cale fue a EEUU a estudiar), y con la tremenda "Black Angel's Death Song" (esa no está en goear). El resto de canciones: en resumen, las que canta Nico apestan bastante, y las de Reed molan mucho (excepto la primera, "Sunday Morning", la típica canción que se decide meter en el disco a última hora, craso error).

En resumen, un discazo que recomiendo que ADQUIRÁIS LEGALMENTE. Desde luego, me ha quedado un post inconexo, bipartito y descompensadísimo, pero me gusta :). Me retiro, amigos, que se me acaban de ADQUIRIR LEGALMENTE un par de discos y quiero darles una buena escucha.