Que no está muerto lo que puede yacer eternamente.

GdS TV

04 January 2008

Una canción sobre las playas españolas

Y no, no es ésa de "su Costa Brava y su Costa del Sol" (¡Que viva Lituania!), sino una del Gran Canadiense, nada menos que el bueno de Neil Percival Young. Corría el año 1969 --los años corren mucho, los cabrones; ya se nos ha escapado otro-- y nuestro onvre, después de dejar los Buffalo Springfield y poco antes de incorporarse a los Crosby, Stills & Nash, reclutó a tres jóvenes músicos y formó la banda Crazy Horse, con la que grabó el disco "Everybody knows this is nowhere", cuya última canción es la que nos ocupa.



Llámase "Cowgirl in the sand" y la leyenda (no puedo asegurar esto) dice que la escribió, junto con otras del mismo disco, padeciendo 39,5º de fiebre (¡!) y que trata sobre cómo se imaginaba que eran las playas españolas. Si se piensa, tiene sentido: tías buenas vestidas de vaquera en la playa bajo el sol abrasador... THIS IS ESPAÑA! Aunque lo de la vaquera tampoco tiene porqué implicar sombreros a lo John Wayne: recordemos que cowgirl es precisamente el nombre de una posición sesuarl en la que la dueña se dedica a "cabalgar" al miembro viril. Así pues, me inclino por orientar mi hermenéutica hacia el campo del Sex on the Beach.

Tras esta docta introducción (Vive la Wikipédia!) pasemos a escuchar la música. El MVE sabe que la he intentado subir al ghoeahr de los huevos y que no le ha dado la gana. Ya me lo ha hecho otras veces: yo intentando subir música de calidad y a los que suben lo último de Chayanne les debe de ir de vicio, porque copan la página de novedades. Por fortuna, el Tubo nos salva ofreciéndonos uno de esos vídeos que hace un ser humano (con esfuerzo) poniendo a una sucesión de imágenes una canción de fondo. Chasquen el enlace de más abajo para oír "Cowgirl in the Sand" en su versión original:

No me gusta empotrar vídeos del Tubo directamente en el blog, porque pueden ralentizar la carga hasta el extremo de colgar el navegador...

Supongo que ya habrán disfrutado, o estarán disfrutando en este momento, de estos gloriosos 10 minutacos de música, con una bonita introducción (me encanta la entrada de la batería), tres estrofas terminadas en estribillo, y sobre todo mucho guitarreo. De la letra hablaré más tarde, ahora centrémonos en la música.

En cuanto a la armonía, poco que comentar. La introducción nos establece claramente en La menor. La banda de rock entra a saco rompiendo el ambiente melancólico de la guitarra acústica y nos coloca en el espacio musical en el que vamos a estar la mayor parte de la canción (y recordemos que dura 10 minutos). Este espacio no es otra cosa que lo que se denomina vamp, una figura armónica sencilla que se repite interminablemente, sobre la que se improvisa. Así se pueden hacer solos chulos fácilmente: como la armonía es sencillota, es difícil perderse. Nuestro vamp es:

| Am | F |

Sí, en efecto. Dos acordes rellenan la mayoría de la canción... ¡y además queda bien! Esto no es nuevo: si os contara como las sinfonías más excelsas están escritas literalmente a partir de cuatro notas (el ejemplo más obvio es el ta-ta-ta-chan de la Quinta, pero los hay a miles) os llevaríais las manos a la cabeza. Eso al menos hice yo cuando me enteré de La Verdad de la Música.

Lo que pasa en realidad es que lo importante no es utilizar muchos medios, sino utilizar los adecuados y utilizarlos bien. Beethoven y Neil Young lo consiguen, cada uno en lo suyo. En el tema que nos ocupa, el vamp permite a los guitarristas --el propio Young y el malogrado Danny Whitten, al que, después de su muerte por sobredosis en 1972, Neil dedicaría una canción-- mostrar sus habilidades, que son bastante apreciables.

Antes de que la visión decimonónica de la interpretación --el solista de abundante ego, a lo Paganini, que puede tocar las escalas más rápido que nadie-- llegara a la guitarra eléctrica con los Malmsteen y compañía, lo que se apreciaba en un guitarrista de rock es que pudiera improvisar con fluidez y tocar los riffs con el tono --mood-- adecuado, creando melodías memorables. Ejemplos soberbios de esta escuela son Eric Clapton y David Gilmour.

Young y Whitten están en la misma onda, cuidando el sonido --con un fuzz cálido muy de la época-- y el groove más que la técnica pura y consiguiendo un resultado efectivo, que hace que los 10 minutos se pasen volando y le den a uno ganas de al menos sacudir la cabecita al ritmo de la música.

El único momento en el que se rompe la monotonía del vamp es en el estribillo. Claro; porque es lo que se debe destacar, aparte de ser de las escasas partes cantadas en este mar de solos de guitarra. En cuanto a la letra, para apreciarla mejor merece la pena escuchar la versión acústica:

Y así pueden ustedes apreciar lo feo que era y sigue siendo el amigo Neil (aunque con la edad haya mejorado). Los dioses no dan juntas las virtudes, si no vean ustedes el video del hit mongoloide aquel de "Los micrófonos".


Para ayudarnos en la comprensión de las letras, existe una página fantástica llamada SongMeanings que permite al personal decir qué cree que quieren decir los tan frecuentemente endrojados liricistas del rocanró. El sincero esfuerzo que dedican estos anónimos exégetas resulta particulamente enternecedor cuando se dedica a letras que carecen por completo de sentido, como por ejemplo el 90% de las de Nirvana. Además, esta web tiene otra interesante particularidad: los comentarios están diferenciados por color según el que escriba sea onvre o mujer (en azul y rosa, como los lavabos de colegio). Lo cual nos permite analizar las diferencias de perspectiva entre los sexos o incluso, si hay suerte, trabar conocimiento con alguna anglosajona que comparta (o no) nuestros gustos musicales.

En definitiva, estos señores y señoras tienen diferentes opiniones sobre la letra. Lo que está meridianamente claro es que la canción trata sobre una mujer de alguna forma relacionada con el narrador. A partir de aquí, me adhiero fundamentalmente a la interpretación de un tal Hedges: la canción trata de adulterio, cometido por la mujer con el narrador.

Esta interpretación se apoya en la línea "after all the sin we had"; pecado cometido por hombre y mujer... la cosa va de comercio carnal. Además, esa misma estrofa comienza preguntando si el anillo (de bodas) ha empezado a corroerse ("has your band begun to rust?"). También la referencia a cambiarse el nombre ("Old enough now to change your name") nos sitúa: recordemos que en los países anglosajones se pierde el apellido de soltera al casarse... y se recupera al separarse.

Así explicamos la mayoría de la canción, pero aún queda llena de misterio la mayoría del propio estribillo:
When so many love you
is it the same
It's the woman in you
that makes you want
to play this game.
¡Así que el narrador, que suponemos avatar del propio Young, no es el único que pretende a esa mujer casada! ¡Así que ella, mujer especial, "rubí en el polvo", ha montado un juego cornífero multitudinario! Con razón el narrador empieza preguntando, tímidamente, como temiendo que el anterior no haya terminado todavía.